Detrás de la Razón: Confesión millonaria de Al-Bashir evidencia los tentáculos saudíes
Publicado em 21 de ago de 2019
Recientemente el diario The New York Times publicó que la monarquía saudí ha usado sus enormes cantidades de petrodólares para tratar de alcanzar sus objetivos en la guerra que mantiene contra Yemen, contratando a sobrevivientes del conflicto de Darfur, en Sudán, incluidos niños. Según el informe, los reclutadores saudíes ofrecían a las familias sudanesas hasta 10 000 dólares por llevar a sus hijos a Yemen. Pocos días después del derrocamiento del régimen de Omar al-Bashir en Sudán, Arabia Saudí junto a los Emiratos Árabes Unidos (EAU) prometió un paquete de 3000 millones de dólares de ayuda para fortalecer la economía del país africano y, con ello, al gobierno militar de transición. Se trataba de un respaldo acompañado con una campaña lanzada por los medios afines o de propiedad saudí, en el que exaltaban positivamente el perfil del presidente del consejo militar de transición en Sudán, Abdul Fattah al-Burhan. Pero si aún las evidencias de los intereses e influencia saudí en Sudán eran pocas, esta semana el propio Omar al-Bashir confesó ante la justicia, haber recibió 91 millones de dólares de Arabia Saudí y los EAU. De esa cantidad, 25 millones procederían directamente del príncipe heredero saudí, Mohamad bin Salman, mientras que los otros 65 millones vendrían del bolsillo del exmonarca Abdalá Abdulaziz y un millón del jeque emiratí, Jalifa bin Zayed. ¿Qué querían comprar los saudíes y emiratíes con los regalos millonarios al derrocado Omar al-Bashir? Una pregunta que quizás se responda con el interés de Riad en mantener un status quo según sus propios intereses en la región, y del cual no escapa Sudán, aún cuando está en el continente africano. Su geoestratégica ubicación frente al mar Rojo, allí tan cerca de Yemen, puede ser muy conveniente para los Al Saud. En medio de estas revelaciones, el panorama de Sudán sigue siendo complejo, aunque esperanzador para algunos. Tras la firma de una declaración constitucional para una transición a un gobierno civil pos-Al-Bashir, la nación se encamina a la creación de un consejo soberano, que luego de 3 años pueda garantizar unas elecciones democráticas para un nuevo futuro político y social. Si bien el pueblo y su determinación han llevado a un cambio en el país, tras tres décadas de mano dura, aún está por verse hasta qué punto ese mismo pueblo sudanés podrá enfrentar los intereses e intenciones de foráneos, como la monarquía saudí, que quizá no esté tan dispuesta a perder su influencia tan fácilmente en este territorio africano. En Detrás de la Razón, nosotros preguntamos, los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es detectar las aristas que no nos dicen. El análisis, las preguntas y respuestas a las diez treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, siete y Madrid, ocho de la noche; México, Colombia y Chicago a la una de la tarde. Por: Danny Pérez Díaz.
Recientemente el diario The New York Times publicó que la monarquía saudí ha usado sus enormes cantidades de petrodólares para tratar de alcanzar sus objetivos en la guerra que mantiene contra Yemen, contratando a sobrevivientes del conflicto de Darfur, en Sudán, incluidos niños. Según el informe, los reclutadores saudíes ofrecían a las familias sudanesas hasta 10 000 dólares por llevar a sus hijos a Yemen. Pocos días después del derrocamiento del régimen de Omar al-Bashir en Sudán, Arabia Saudí junto a los Emiratos Árabes Unidos (EAU) prometió un paquete de 3000 millones de dólares de ayuda para fortalecer la economía del país africano y, con ello, al gobierno militar de transición. Se trataba de un respaldo acompañado con una campaña lanzada por los medios afines o de propiedad saudí, en el que exaltaban positivamente el perfil del presidente del consejo militar de transición en Sudán, Abdul Fattah al-Burhan. Pero si aún las evidencias de los intereses e influencia saudí en Sudán eran pocas, esta semana el propio Omar al-Bashir confesó ante la justicia, haber recibió 91 millones de dólares de Arabia Saudí y los EAU. De esa cantidad, 25 millones procederían directamente del príncipe heredero saudí, Mohamad bin Salman, mientras que los otros 65 millones vendrían del bolsillo del exmonarca Abdalá Abdulaziz y un millón del jeque emiratí, Jalifa bin Zayed. ¿Qué querían comprar los saudíes y emiratíes con los regalos millonarios al derrocado Omar al-Bashir? Una pregunta que quizás se responda con el interés de Riad en mantener un status quo según sus propios intereses en la región, y del cual no escapa Sudán, aún cuando está en el continente africano. Su geoestratégica ubicación frente al mar Rojo, allí tan cerca de Yemen, puede ser muy conveniente para los Al Saud. En medio de estas revelaciones, el panorama de Sudán sigue siendo complejo, aunque esperanzador para algunos. Tras la firma de una declaración constitucional para una transición a un gobierno civil pos-Al-Bashir, la nación se encamina a la creación de un consejo soberano, que luego de 3 años pueda garantizar unas elecciones democráticas para un nuevo futuro político y social. Si bien el pueblo y su determinación han llevado a un cambio en el país, tras tres décadas de mano dura, aún está por verse hasta qué punto ese mismo pueblo sudanés podrá enfrentar los intereses e intenciones de foráneos, como la monarquía saudí, que quizá no esté tan dispuesta a perder su influencia tan fácilmente en este territorio africano. En Detrás de la Razón, nosotros preguntamos, los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es detectar las aristas que no nos dicen. El análisis, las preguntas y respuestas a las diez treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, siete y Madrid, ocho de la noche; México, Colombia y Chicago a la una de la tarde. Por: Danny Pérez Díaz.