Detrás de la Razón: ¿EEUU e Irán se declaran la guerra? Misterio, mentiras y verdades
Publicado em 14 de jun de 2019
La sombra de la guerra se aproxima cada vez más. Todavía no es inevitable, pero los tambores y los hechos comienzan a parecerse cada vez más. Petroleros atacados en la guerra de 1980 o los inventos y mentiras del expresidente de EE.UU. George W. Bush, usados como argumentos para atacar a Irak, no encontrando armas de destrucción masiva. Hoy, son barcos petroleros que aun no hay evidencia fuerte ni sólida, pero las acusaciones se cruzan. EE.UU. inmediatamente saltó para acusar a Irán. Teherán inmediatamente saltó para insinuar hacia Washington. El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, sin pruebas en la mano acusó a Irán de atacar a los petroleros. Después el Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) reveló pietaje de cómo, según los estadounidenses, los iraníes estaban quitándole una bomba lapa que no explotó al barco atacado, lo que, según el Pentágono, podría mostrar que Irán está detrás de los ataques. Pero del otro lado del Pacífico, la empresa dueña del petrolero contradice la versión del Pentágono diciendo que no fue una mina sino que los tripulantes reportaron objetos voladores como presunta causa de explosión. El punto es que no se sabe quién fue el atacante, y que esta confusión es perfecta para que los accidentes o malos cálculos provoquen sin duda una guerra, ya no por diseño, sino por error. Por ello, en todos los rincones del mundo, desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hasta Rusia, piden moderación. El ataque al barco japonés, uno de los petroleros, el otro es de Noruega, sucede precisamente cuando el primer ministro japonés, Shinzo Abe, estaba en Irán reunido con el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei. Irán rechaza todas las acusaciones y también rechaza dialogar con EE.UU. Aquí reproduzco los argumentos y las sentencias textuales del ayatolá Seyed Ali Jamenei, quien dibujo la postura de su país sobre el abandono del acuerdo nuclear por parte de EE.UU., al que señala como el origen de la grave tensión que se vive en Oriente Medio. “En relación con lo que usted dijo de parte de Trump, no tengo ninguna respuesta para él, solo le plantearé a usted algunos temas, pero [a Trump] no le daré ningún mensaje, ya que no considero a Trump una persona con la que merezca intercambiar mensajes. Nuestro problema con EE.UU. no es que Washington busque o no busque un cambio de régimen en Irán. Incluso si EE.UU. tuviera la intención de cambiar el régimen, no sería capaz de materializar esta intención. Durante estas cuatro décadas, diferentes presidentes estadounidenses se han esforzado para derrocar a la República Islámica de Irán, pero no pudieron. Y si Trump hubiera podido hacer lo mismo, lo habría hecho. Miente cuando dice que no tiene la intención de hacerlo. EE.UU. que habla sobre no poseer armas atómicas, tiene miles de cabezas nucleares en su arsenal. No tiene la competencia para decir qué tal país debería o no poseer armas nucleares. Nosotros, sí, nos oponemos a las armas nucleares. Él [Trump] dice que está preparado para tener negociaciones sinceras con Irán. De ninguna manera creemos en estas declaraciones. Las negociaciones sinceras no vendrán nunca de una persona como Trump. La sinceridad es un atributo muy poco frecuente entre las autoridades estadounidenses. Pensamos que las negociaciones con EE.UU. no podrán resolver nuestros problemas. EE.UU. ha mostrado la mayor hostilidad posible hacia nosotros y continúa mostrándola. Ninguna nación libre y sabia aceptaría negociaciones bajo presión”. En Detrás de la Razón, nosotros preguntamos, los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es detectar las aristas que no nos dicen. El análisis, las preguntas y respuestas a las diez treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, siete y Madrid, ocho de la noche; México, Colombia y Chicago a la una de la tarde. Por: Roberto de la Madrid.
La sombra de la guerra se aproxima cada vez más. Todavía no es inevitable, pero los tambores y los hechos comienzan a parecerse cada vez más. Petroleros atacados en la guerra de 1980 o los inventos y mentiras del expresidente de EE.UU. George W. Bush, usados como argumentos para atacar a Irak, no encontrando armas de destrucción masiva. Hoy, son barcos petroleros que aun no hay evidencia fuerte ni sólida, pero las acusaciones se cruzan. EE.UU. inmediatamente saltó para acusar a Irán. Teherán inmediatamente saltó para insinuar hacia Washington. El secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, sin pruebas en la mano acusó a Irán de atacar a los petroleros. Después el Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono) reveló pietaje de cómo, según los estadounidenses, los iraníes estaban quitándole una bomba lapa que no explotó al barco atacado, lo que, según el Pentágono, podría mostrar que Irán está detrás de los ataques. Pero del otro lado del Pacífico, la empresa dueña del petrolero contradice la versión del Pentágono diciendo que no fue una mina sino que los tripulantes reportaron objetos voladores como presunta causa de explosión. El punto es que no se sabe quién fue el atacante, y que esta confusión es perfecta para que los accidentes o malos cálculos provoquen sin duda una guerra, ya no por diseño, sino por error. Por ello, en todos los rincones del mundo, desde la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hasta Rusia, piden moderación. El ataque al barco japonés, uno de los petroleros, el otro es de Noruega, sucede precisamente cuando el primer ministro japonés, Shinzo Abe, estaba en Irán reunido con el Líder de la Revolución Islámica de Irán, el ayatolá Seyed Ali Jamenei. Irán rechaza todas las acusaciones y también rechaza dialogar con EE.UU. Aquí reproduzco los argumentos y las sentencias textuales del ayatolá Seyed Ali Jamenei, quien dibujo la postura de su país sobre el abandono del acuerdo nuclear por parte de EE.UU., al que señala como el origen de la grave tensión que se vive en Oriente Medio. “En relación con lo que usted dijo de parte de Trump, no tengo ninguna respuesta para él, solo le plantearé a usted algunos temas, pero [a Trump] no le daré ningún mensaje, ya que no considero a Trump una persona con la que merezca intercambiar mensajes. Nuestro problema con EE.UU. no es que Washington busque o no busque un cambio de régimen en Irán. Incluso si EE.UU. tuviera la intención de cambiar el régimen, no sería capaz de materializar esta intención. Durante estas cuatro décadas, diferentes presidentes estadounidenses se han esforzado para derrocar a la República Islámica de Irán, pero no pudieron. Y si Trump hubiera podido hacer lo mismo, lo habría hecho. Miente cuando dice que no tiene la intención de hacerlo. EE.UU. que habla sobre no poseer armas atómicas, tiene miles de cabezas nucleares en su arsenal. No tiene la competencia para decir qué tal país debería o no poseer armas nucleares. Nosotros, sí, nos oponemos a las armas nucleares. Él [Trump] dice que está preparado para tener negociaciones sinceras con Irán. De ninguna manera creemos en estas declaraciones. Las negociaciones sinceras no vendrán nunca de una persona como Trump. La sinceridad es un atributo muy poco frecuente entre las autoridades estadounidenses. Pensamos que las negociaciones con EE.UU. no podrán resolver nuestros problemas. EE.UU. ha mostrado la mayor hostilidad posible hacia nosotros y continúa mostrándola. Ninguna nación libre y sabia aceptaría negociaciones bajo presión”. En Detrás de la Razón, nosotros preguntamos, los analistas contestan y usted en su casa concluye. Y si la realidad hace lo que quiere, entonces nosotros volveremos a preguntar. Lo importante es detectar las aristas que no nos dicen. El análisis, las preguntas y respuestas a las diez treinta de la noche, desde los estudios de Teherán; Londres, siete y Madrid, ocho de la noche; México, Colombia y Chicago a la una de la tarde. Por: Roberto de la Madrid.
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